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Mario Moreno Cantinflas se mandó en la película «Su Excelencia» un tremendo discurso ante lo que representaba la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Palabras que recorren esa estrecha vía entre el humor y la realidad con la intención de tener un mundo mejor, aunque sea intentándolo desde la comedia.

Representando al País de los Cocos, que no tiene poderío «económico, militar ni mucho menos atómico», el mexicano busca evitar un enfrentamiento entre colorados y verdes, que representaban a los bloques antagonistas de la Guerra Fría ante un voto crucial que dirimiría el líder de la pequeña nación.

«Estamos viviendo un momento histórico en que el hombre científicamente e intelectualmente es un gigante, pero moralmente es un pigmeo» dice en una de sus frases.

«No es justo que el voto de un solo representante decida el destino de cien naciones», es una de las frases que utiliza para no apoyar a ninguno de los bloques.

El mexicano se manda otra frase para el bronce al asegurar que «tan fácil sería nuestra existencia si tan solo respetásemos el modo de vivir de cada quien».

Cantinflas hace una crítica al discurso del bloque soviético y también repasa al mundo occiental, agobiado por el consumismo y el capitalismo.

Sobre lo último señala, «hace poco un representante de Dolaronia me dijo que todo se solucionaba con autos, pero para que queremos autos si todavía andamos descalzos, para que queremos refrigeradores si no tenemos alimentos que meter dentro de ellos, para que queremos tanques y armamentos si no tenemos suficientes escuelas para nuestros hijos».

El personaje señala que las cosas no funcionarán y no habrán aspiraciones de paz si «no hay abundancia para todos, bienestar común, felicidad colectiva y justicia social».


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Por Admin

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