El vino Santa Helena (“con hache” como le dicen algunos) es un clásico entre los tragos económicos que tomamos en la juventud.
De sabor agradable en relación a su económico precio, era uno de los favoritos en la década de los noventas y también entrado el nuevo milenio.
Ideal para realizar un jote en su versión en tinto y lo mejor para rellenar el melón con vino playero en su versión en blanco.
El vino Santa Helena en caja de cartón tetra pack de litro y medio está en la memoria colectiva de los paseos chilenos. Es por lo mismo que debe ser uno de los vinos que uno ve más seguido botado en la calle, a la orilla de los ríos, en grandes parques y también enterrado en la arena de las playas nacionales.
Tal como dicen en Noesnalaferia, homenaje al Vino Santa Helena.