Pamela Anderson quiere dejar atrás su fama de ‘sex symbol’ y va a presentar un programa culinario: ‘La cocina de Pamela con amor’.

Pamela Anderson está de vuelta. La ex sex symbol de las actrices de los noventa está decidida a dejar atrás su pasado de rubia bomba y reinventarse, también en lo profesional.

Su radical cambio de imagen ha comenzado con un documental para Netflix producido por uno de sus dos hijos con Tommy Lee, donde finalmente cuenta su versión de la historia. Su vida narrada a través de su perspectiva, desde su infancia marcada por la relación de sus padres hasta su paso por The Beachwatchers o su sex tape con su músico.

Pero, por si fuera poco, este renacer también la ha llevado a publicar un libro de memorias, y no acaba ahí. La actriz ahora será presentadora culinaria: el Canadian Food Network ha anunciado que estrenará un programa donde Anderson será la conductora.

Un programa desde casa

El nuevo proyecto profesional de Pamela Anderson se llamará Pamela’s Kitchen with Love, y se grabará en su propia casa de la isla de Vancouver. Será organizado por sus amigos y familiares, para quienes ella será la anfitriona y cocinará el menú. El menú será vegetariano, la dieta que lleva desde niña por motivos éticos.

Ya filmó al menos ocho capítulos de este programa. Pero no descansará tras ella, pues también ha cerrado una segunda temporada de un programa de tipo documental en el que registra la renovación de la propiedad de la isla de Vancouver que heredó de su abuela y a la que se mudó justo antes de la pandemia.

El imperio Pamela Anderson

La ex playmate tiene una gran cantidad de seguidores en Twitter, llegando a 1.091.000 cuentas que le dieron follow a su perfil. Al mismo tiempo tiene su sitio web www.pamelaanderson.com, donde vende su libro «Love Pamela» y promociona su documental en Netflix.

En este libro «honesto, en capas e inolvidable» que alterna entre la narración de historias y su propia poesía, Pamela Anderson rompe el molde de las memorias de las celebridades mientras recupera la historia que se ha elaborado sobre ella.

Su imagen de bomba rubia era omnipresente en la década de 1990. Descubierta en las gradas de un partido de fútbol, ​​saltó inmediatamente a la fama, convirtiéndose en la chica de portada favorita de Playboy y en un emblema del glamour y la sexualidad de Hollywood. Pero, ¿qué sucede cuando pierdes el control de tu propia vida y la imagen que la máquina de notoriedad crea para ti no es quien realmente eres?

Al crecer en la isla de Vancouver, hija de padres jóvenes, salvajes y sin preparación, la infancia de Pamela Anderson no fue fácil, pero le permitió crear su propio mundo, rodeada de naturaleza y amigos imaginarios. Cuando superó su profunda timidez y creció en sí misma, cayó en una vida en la portada de las revistas, las playas de Malibú, los escenarios de películas y programas de entrevistas, los brazos de las estrellas de rock, la codiciada escena en la Mansión Playboy. 

Y a medida que su estrella ascendía, se encontró a sí misma en el forraje de los tabloides, en el apogeo de una era en la que las tácticas de los paparazzi se empeñaban en capturar los momentos más íntimos y, a veces, los más débiles de una celebridad. Fue entonces cuando Pamela Anderson perdió el control de su propia narrativa, herida por los medios y temerosa de la percepción del público sobre quién era ella… y quién no era.

Contraatacando con un sentido de la gracia, alimentada por el amor por el arte y la literatura, e impulsada por la devoción a sus hijos y las causas que más le importan, Pamela Anderson ahora ha regresado a la isla donde creció, después de una memorable interprete a Roxie en Chicago en Broadway, recuperando su espíritu libre pero también manteniéndose firme como una mujer fuerte, creativa y segura de sí misma.